La taquicardia, la respiración agitada, el dolor en el pecho, el miedo a volverse loco y perder el control. El pánico es un tsunami psicológico: cuando nos golpea, trae consigo un terror impactante; cuando desaparece, deja detrás un sentimiento agobiante de angustia y sufrimiento. En pocas sesiones, convertimos el miedo incapacitante en un fiel compañero de viaje, tocando nuestros fantasmas hasta hacerlos desaparecer.
La taquicardia, la respiración agitada, el dolor en el pecho, el miedo a volverse loco y perder el control. El pánico es un tsunami psicológico: cuando nos golpea, trae consigo un terror impactante; cuando desaparece, deja detrás un sentimiento agobiante de angustia y sufrimiento. En pocas sesiones, convertimos el miedo incapacitante en un fiel compañero de viaje, tocando nuestros fantasmas hasta hacerlos desaparecer.
Opresión, impotencia, condena: la persona angustiada espera lo peor, sin posibilidad de escape. Es como una sombra oscura y pesada que destruye todo color, deformando y destruyendo las tonalidades de la vida. Comenzamos desde el negro para redescubrir los innumerables matices restantes, recordando que solo estamos verdaderamente derrotados cuando nos damos por vencidos.
Los niños y jóvenes sufren los mismo problemas que los adultos, pero se aplica un enfoque distinto, se puede trabajar tanto en terapia directa como en terapia indirecta, con los padres, sin que los niños tengan que venir a terapia. Problemas habituales que se tratan en niños son: TOC, miedos, trastornos de alimentación y problemas en los estudios y de aprendizaje.
La anorexia, la bulimia, la atracones, la compulsión por comer y vomitar son manifestaciones de un desequilibrio interior. Para lograr la estabilidad necesaria, es importante recordar que eso que nos concedemos hoy, podemos renunciarlo mañana. Si no lo hacemos hoy, se volverá irremplazable. La obsesión por el cuerpo perfecto puede llevarnos a situaciones extremas, pero podemos encontrar el equilibrio en una relación saludable con la comida.
Después de un evento catastrófico o la pérdida de un ser querido, nuestra vida cambia para siempre. Todos sabemos que la muerte es parte de la vida, pero nada nos prepara para la dolorosa experiencia de perder a un ser querido. Un dolor insufrible nos consume y nos obliga a reconstruir nuestra vida. Es un camino oscuro, lleno de angustia, vacío y soledad; un camino que debemos recorrer paso a paso para redescubrir los colores y los sabores de la vida.
Sentirse observado, ridiculizado, espiado, condenado; estar constantemente en guardia para protegerse de lo negativo que creo que inevitablemente sucederá; vivir con la convicción constante de tener un enemigo que combatir y encontrarse paradójicamente defendiéndose, atacando y agrediendo.
Llamadas reiteradas al médico y visitas especializadas en el temor del diagnóstico nefasto; escucha minuciosa de cada sensación corporal; investigaciones detalladas en Internet sobre cada señal corporal percibida. La vida acaba siendo un continuo control o evitación por miedo que conduce a una pérdida de control. Quien busca encuentra; y quien no encuentra, crea.
Malentendidos, discusiones, silencios, estallidos de ira: a menudo con las mejores intenciones se provocan los peores desastres comunicativos. Saber utilizar el lenguaje de manera consciente puede marcar la diferencia en nuestro bienestar y en el de los demás; en las relaciones no hay un ganador y un perdedor: o se gana o se pierde juntos.
Sentirnos inadecuados, tener miedo al rechazo y no estar a la altura es común. A menudo somos muy críticos con nosotros mismos. Esto nos hace sentir vulnerables y limitados, afectando negativamente nuestra vida. Tener una buena autoestima nos permite reconocer nuestros límites y recursos, lo que nos permite disfrutar de nuestros logros y vivir más tranquilamente.
Cada decisión me provoca un sinvivir, pido la opinión a los demás porque son incapaz y delego; retraso la toma de decisiones o procrastino; no tomo decisiones porque temo lo que dirán los demás o bien razono lo indecible buscando la decisión perfecta.
Falta de deseo, anorgasmia, eyaculación precoz, problemas de prestación; cuanto más me esfuerzo menos consigo, temo tener pareja o bien temo que mi pareja actual me deje.
Para asegurarnos que tengas la mejor experiencia navegando dentro de este sitio web, usamos cookies técnicas, las cuales deberás aceptar. Si tienes cualquier duda visita NUESTRA POLÍTICA DE PRIVACIDAD.